Este es un blog personal para escupir algunas ideas, responder algunos ataques, corresponder algunas caricias, y combatir casi todas las opiniones

viernes, abril 18, 2008

¿El caballo del hortelano mata y deja matar?





"Eran personas que participaban en una revuelta bloqueando una carretera y estaban contra la ley e inclusive SE DICE que querían quemar el grifo", ( (El Comercio, 18 de abril, página 7, palabras de Alan García Pérez, presidente constitucional del Perú, “explicando” por qué dos personas fueron asesinadas en Ayacucho, durante un paro promovido por campesinos).



Si estas palabras te las dijeran de tu padre o de tu hermano muerto, ¿qué sentirías?


A Fujimori nunca se le ocurrió decir tal barbaridad. Miles como yo estuvimos en las calles exigiendo que se largara y no volvimos a casa con una bala en la nuca: para eso, el dictador usaba a sus escuadrones de la muerte.


¿Tienes un abuelo pensionista que alguna vez se sumó a una marcha de protesta a exigir que le paguen? ¿Tienes algún hermano universitario que se paró frente a palacio a pedirle al dictador de turno que se largue? ¿Tienes una madre profesora, o una tía, que alguna vez salió a exigir que le suban el sueldo?

Imagina que hoy salen a protestar por la mañana y en la tarde te los devuelven con dos tiros en la nunca por que DICEN que IBAN a quemar una comisaría o a destruir un patrullero.

¿La pena de muerte existe en el Perú?

¿Se decide por argumentos proporcionados por la telepatía?

La fabula decía que el perro del hortelano no comía ni dejaba comer.

Este será el caballo que quiere cambiar la fábula por ¿mata y deja matar?

Yo le enseñé a mi hijo que la policía peruana tiene armas en las manos para protegerlo, que si se perdía se acercara a uno porque él lo cuidaría ¿Cómo le digo ahora que ya no se si los policías en quienes confiábamos a lo mejor tienen órdenes de disparar si descubren telepáticamente que tienes intención de… cualquier cosa que digan o que se les ocurra…?

La policía y la ciudadanía deben decirle basta a García. La débil democracia que tenemos no se merece ser minada desde dentro por aquellos a quienes les encomendamos vigilarla y fortalecerla.

Las armas de los policías deben ser usadas, si son usadas, contra delincuentes.

Peleamos por una sociedad de ciudadanos libres y por una sociedad democrática.

Queremos que la fuerza policial sea constitucional y proteja la vida de incluso aquellos que están equivocados o que han transgredido la ley.

Nos protegen las leyes, todas perfectibles, y respetarlas nos hace dignos de vivir en comunidad.

Ningún mandatario, menos uno elegido entre los restos de una elección donde no quedaba ni el menos malo, puede pisotearla ni tergiversarla en función de sus oscuras patologías y deseos.

Yo voté por García, ahora recuerdo mis arcadas.


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